Una vitamina para el espíritu

La bebida se llama Kinnie, es producida y vendida en Malta y en Australia en lugares donde la población maltesa de inmigrantes es considerable. Este es un sabor nuevo, Kinnie ‘zest’, con un toque de naranja. Los malteses dicen que es un intento fallido por hacer coca cola, a mí me sabe a un pariente del Bitter Kas español (se escribe así). Pero la bebida no es la vitamina, sólo me pareció buena idea para comenzar lo que os quiero contar.
Si bien me encanta escribir sobre teorías y filosofías educativas por deformación profesional (estudié filosofía), veo que cuando escribo sobre lo que nos afecta y preocupa, lo que digo os ayuda y levanta un poco la moral. Por eso voy a intentar analizar algo que nos pasa a muchas de nosotras.
Siempre he leído y concuerdo con que el problema mayor de las ‘amas de casa’ (y las que educamos en casa incluso aun cuando trabajemos fuera, o algunas que lleváis a los hijos al colegio pero pasáis tiempo con ellos y en el hogar más que desempeñando cualquier otro trabajo) es la falta de autoestima. Y muchas lo entendemos, hemos trabajado, con o sin estudios podemos comprender que somos valiosas, no importa nuestro estatus económico o el país donde vivamos, en un momento u otro a todas nos afectan estas crisis de autoestima. Y se manifiestan de forma diferente, en desánimo, falta de motivación, una depresión, malhumor, enfado y cansancio en general y con los hijos, marido, con todos y todo, o simple sentimiento de falta de valía por mucho que racionalmente sepamos que no es cierto.
 
¿Cómo podemos luchar contra este problema?
1. Para mí lo que me levanta el ánimo y me ayuda a continuar es mi relación con Dios. Y es increíble como el ser humano siempre transita los mismos caminos ya trillados que sabemos no conducen a la meta deseada. Así sigo leyendo otras cosas, hablando con amigas, haciendo mil y una cosas menos leer las Escrituras (los salmos en especial) cuando SE que si las leo me siento inmediatamente mejor.
Para que me creáis leed esto y decidme si no os hace sentir mejor al instante:
Salmo 18: 31-
31 Porque ¿quién es Dios sino sólo
Jehová
32 ¿Y qué roca hay fuera de nuestro
Dios?
32 Dios es el que me ciñe de poder,
Y quien hace perfecto mi camino;
33 Quien hace mis pies como de ciervas,
Y me hace estar firme sobre mis
alturas;
34 Quien adiestra mis manos para la
batalla,
Para entesar con mis brazos el arco
de bronce.
35 Me diste asimismo el escudo de tu
salvación;
Tu diestra me sustentó.
Y tu benignidad me ha engrandecido.
36 Ensanchaste mis pasos debajo de mí,
Y mis pies no han resbalado.
2. Otro de los pasos que ayuda es el de reconocer que esto nos pasa a todas, nos ha pasado o nos ocurrirá una o varias veces en un futuro. Lo cierto es que a nadie le gusta estar al lado de alguien deprimido o leer cosas negativas. Y es cierto que si bien necesitamos de alguien cuando nuestros ánimos y nuestra moral están por los suelos, lo que necesitamos es salir nosotros mismos de ese pozo sin fondo. Y para eso están las amigas que escuchan, la familia, pero al final es uno mismo quien tiene que decidirse a salir. Karen Andreola, autora de «A Charlotte Mason Companion» confiesa en el libro que pasó por varias temporadas de estar en casa en pijama o camisón sin ganas de hacer nada. Pero pasado un tiempo sabemos que hay que hacer de tripas corazón, ducharse, vestirse, y proponerse tener un buen día. Pensar en un pequeño proyecto, limpiar algún armario o habitación, o salir a la tienda del ‘dollar, euro, o segunda mano’ para gastarnos uno o dos dólares en un VHS, libro ó CD y venir como nuevas.
3. Recogimiento. No tipo monjas de clausura, y tampoco es necesario si eres una persona que sabes manejar muy bien tu tiempo de blogs y de buscar y leer en Internet. Si estás baja de moral, tira del cable del enchufe de todo lo eléctrico por un día, dos, o una SEMANA. Salte del ordenador, y si puedes, oblígate a ir a tu patio, a un parque, afuera con los hijos, sola, como sea, y ponte a hacer las cosas de la casa sin coger el teléfono ni nada eléctrico (bueno, si puedes poner la lavadora y el lavaplatos, eh).
4. Para las que tienen hijos pequeños. No esperéis que a todos los peques les guste mucho que les déis lecciones, incluso cortas. A los niños si les gusta jugar, dejadlos, si os gusta leer juntos, hacedlo. Jugar con ellos a la plastelina, pintar con ellos, poned una película que os guste (a mí Mary Poppins me encanta, las canciones me chiflan y bailamos juntas). Lo más importante de educar en casa no es lo académico sino la relación con tus hijos y la de ellos con Dios, las personas y el mundo. Abrazadlos mucho, y si podéis descansar con ellos un ratito hacedlo. Los hijos menores de 7 años, en especial los chicos, agotan mucho físicamente con su actividad constante y sus interminables ‘travesuras’, las niñas agotan emocionalmente porque son como nosotras.
5. Si tenéis hijos grandes………………….!ay, no sé porque yo no los tengo de esa edad! No sé como lo hacéis porque puede ser tan cansado y tan difícil emocionalmente. Quizá funcione un poco lo mismo, haced algo en familia. Negociadlo con ellos para escuchar lo que sugieren.
6. Lo siguiente es algo difícil de escribir. Yo sé que todas estamos comprometidas al cien por cien para que esto funcione y que en muchos casos no es viable pero he visto a padres que los han apuntado a una academia a distancia intensiva, y los niños mayores tenían que rendir cuentas a su maestro a distancia. Si preparas lecciones, haces tu parte y los hijos no, quizá es una buena solución temporal que vivan en sus carnes otra cosa (que tengan otros profesores, otras responsabilidades) y quizá eso les ayude a valorar y respetar a su madre como maestra. Si los hijos son pequeños, déjalos por un tiempo, mediodía, o un día completo con alguien de la familia para tomar un poco de descanso y distancia.
7. A mí me ayuda mucho limpiar nuestra ‘oficina’ donde tenemos materiales, libros, y rehacer mi horario tentativo, repensar nuestro día, nuestras metas, quizá cambiar los libros (abandonar algo e incorporar algo nuevo) y dedicarle tiempo a lo que pensamos que son extras pero que son vitales, tales como apreciación artística, algún experimento, cocinar con las niñas, visitar a alguien que está enfermo, sacar cosas para donar y regalar.
Espero que algo de lo dicho os haya levantado la moral.

5 comentarios en “Una vitamina para el espíritu

  1. Me ha hecho mucha gracia eso de que las niñas agotan emocionalmente porque son como nosotras :DDDDD

    a mi lo que me relaja es trabajar al aire, en el jardín sachando, arrastrando troncos para leña como estuve el otro día, que los vecinos son viejitos y claro, se desloman y hay que echarles una mano, etc.

    Besitosssss soleados :*

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  2. Gracias Silvia, estupenda la entrada. ¿sabes? yo empiezo cada día leyendo y meditando dobre un salmo, me inspiran muuuucho. Y como no, conversando con mi Dios, eso me da muchas fuerzas, y aunque a veces pueda tener mis día bajos sé que Él está ahí y que estamos juntos en esto, y de vez en cuando me envía un mensajito como este en tu blog para animarme.
    La semana pasada salí con mis hijos a pasear por la pinada y que corrieran y se oxigenaran y fue positivo para todos. Vinimos nuevos.Salir al campo me desestresa mucho…. ah Y tocar el piano o cantar un rato con la guitarrra!!!!
    Gracias de nuevo.

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  3. Pues sí, nos pasa a todas y en todos los paises. A mí, lo que más me sube la moral es ver a mis hijas felices. Pasamos una semana diría que un poco difícil, yo agotada, y ellas pidiendo mucho y sin estar muy atentas. Hoy estoy con fiebre, preparando algo para ellas, pero el cuerpo me está avisando que baje el ritmo, y hoy, he decidido enseñarlas que mamá también enferma. Tienen un potage preparado, postres listos, algo de pasta cocinada, así que hoy, comen sola y recogerán sola. Al verme todavía en pijama, y «bajo minímo» como me dijo una amiga, se dieron cuenta que mamá necesitaba silencio, y están jugando tranquilitas, y comiendo hablando bajito. No desestrese en su momento y ahora estoy en la cama, tenemos que mirar nuestros días, día a día, siempre encontraremos una cosita positiva, por muy pequeña que sea, y sobretodo (eso me lo dice mi abuela siempre) pensar en nosotras para que no nos pase como a servidora…

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  4. ♥ meninheira ♥: si, hay que ayudar a los vecinos, y gracias por comentar tanto y tan amablemente. He visto las fotos de vuestra excursion, y el panal del vecino que visitasteis, y me parece que el campo es buen remedio y se aprende mucho.

    Esther: si, los salmos son una bocanada de aire fresco. Ya tengo tus cosas, a ver si hoy sin falta te las envio 🙂 Yo tambien me alegro de teneros a todas, es un regalo y una compañía muy grande. Besitos

    Cecacla: como somos a veces de duras con nosotras mismas, verdad. Y que de cosas ricas que cocinas. Muy bien por tus hijas, es bueno que aprendan a respetar a mamá y darle momentos para que mejore y recobre energias.
    Lo que sea que tienes, que se vaya pronto. De momento descansa y gracias por pararte a comentar.

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