Cáncer (cómo nos afecta a todos)

¿Te ha impactado el título? Si es así, quizá sea porque eres joven o porque aún el cáncer no se ha presenciado en tu radar vital. Así vivía yo hasta hace dos años, en la dulce ignorancia. Pero un día entró en órbita y con ganas. Tanto es así que ya no quiere salir. No porque me haya afectado a mi directamente, sino porque está a mi alrededor. Así que hoy he decidido hablaros de él, y hablarle a él. Y es que el cáncer no es algo de lo que muere la gente, sino con lo que vivimos todos. Es una lotería a la inversa en cuanto al premio gordo, pero a todos nos cae un segundo o un tercero.

Muchos cristianos como es mi caso, no pensamos que seamos un cuerpo con alma,  sino más bien que somos un alma en un cuerpo. Y si el cáncer, que a todos nos ataca, arraiga en alguno de nuestros cuerpos, lo padecemos pues en cuerpo y alma algunos, otros en nuestra alma sólo, pero la carga la llevamos por momentos, más a diario o menos, más pesada o menos, en un principio todos. Claro que no puedo robar de la fuerza y coraje que supone llevarla al que la vive en cuerpo y alma. Eso es un ejemplo ante el cual sólo podemos admirarnos y agradecer tenerlo presente.

Todos entonces tenemos personas en primera fila de batalla viviendo con cáncer, cuando son padres, hijos, cónyuge… o en segunda, familiares como tíos, primos, sobrinos, o en tercera, o quizá no haya números de filas, porque la cercanía o lejanía depende del lugar que el individuo inmerso en el ciclón que supone este lío de células nos asigna. Puede querernos dar entrada o proximidad como puede alejarnos un poco o del todo. Y no creo que sea porque no nos quiere cerca, es que los cálculos después de que cae la bomba se hacen de forma personal y privada, y podemos ser llamados a trincheras o no. Pero si no lo somos, hay una función muy importante para todos nosotros. Siempre podemos apoyar, si no a quien tiene la nube sobre la cabeza, al que ayuda al que la tiene, y formar una cadena en que todos nos ayudemos a seguir la marcha.

Lo importante, nos cuentan los sabios, es no dejar de correr. Si estás avanzado, baja el ritmo y llama a los rezagados. Si estás rezagado, escucha a los que te llaman, dale como puedas, corre con el alma si no se mueven tus pies, pero no te quedes bajo la nube.

Hace poco leí que el que vive con cáncer no quiere sentir el vacío. Muchas veces nos callamos porque no queremos decir la palabra con la C, o no queremos meter la pata. Bueno, pues oído por alguien que está inmerso en esto, mejor meter la pata que no decirles nada e ignorarlos. Al fin y al cabo, como digo, todos vivimos con cáncer, no es algo a callar, ni menos a ocultar bajo la alfombra. Me dicen que también quieren oir de nuestros problemas o preocupaciones. Pero nos debería ayudar a recordar este dichoso cáncer, que todo o mucho de lo que nos pasa es lo mismo, que lo que nos separa es CÓMO decidimos vivirlo, contarlo, y qué actitud tomemos. Que berrinches y depres nos las llevamos todos, unos con razón otros de una forma bochornosamente injustificada, pero que lo que nos diferencia es, tras el bajón, ¿ahora qué?  Ahora lo dicho, a seguir moviéndonos, aunque sean pasitos estilo Muñecas de Famosa, que lo importante son las zambombas, eh, no hay que perder el ritmo.

El cáncer nos cambia. Nos debe hacer a todos más fuertes, porque hoy estamos aquí, mañana allá. A todos nos toca, que no te intimide. Hoy hemos escuchado nuevamente a mi predicador dar gracias por nuestras oraciones, tarjetas de ánimos, y comentarios. Su cáncer nos tomó a todos por sorpresa. Hace seis meses le dijeron que tenía SÓLO unos días de vida. Hoy por hoy vive con cáncer y éste le ha dado seis meses difíciles pero de gozo y de confianza renovada en Él, que nos inspira y mueve a todos nosotros a su alrededor.

Al principio me extrañó todo, no salía de mi estupefacción, todo se volvió cancer, en la vida, en la internet, en la distancia, de frente… Comentaba con amigas cómo podía ser que tantísima gente a mi alrededor atrapados con este dichoso huésped que entra sin ser invitado. Luego me dí cuenta. Siempre ha estado aquí, está aquí. Agradezco aquellos que lo tienen que atender y sufrir y si es posible despedirlo para siempre, porque nos hacen comprender. Para mí este entendimiento supone darme cuenta de que no estamos aquí para siempre. Que este mundo no es nuestro destino final. Qué le voy a hacer, creo en Dios, no es plan de estar siempre viendo señales en cada vuelta de esquina y decir como siempre que todo pasa por algo… sí, claro, pues que le pase a otro, es lo que pienso. Claro que todo pasa por algo, no vayas a decirle eso a alguien que acaba de tener un diagnóstico propio o cercano, o a alguien que lleva ya en esto mucho tiempo. Es como cuando nos viene una pérdida de un hijo en el vientre que no llega a ver la vida o sólo por unos minutos o segundos, o perdemos el trabajo, o sufrimos un accidente, o cualquier enfermedad. Escuchar que todo pasa por algo así a palo seco, pues no ayuda. Pero puede ser un principio de conversación, que no se quede ahí sólo. No sé. ¿Y tú? ¿Cómo llevas tu cáncer?

 

15 comentarios en “Cáncer (cómo nos afecta a todos)

  1. Hace 5 años tuve un tumor cancerígeno de grado IIb. Recibí tratamiento de radioterapia, braquiterapia y quimioterapia. Hasta entonces no tenía miedo a morir. A partir de entonces me di cuenta de que la muerte está allí, en cada paso que damos, en cada respiración que tomamos, presente, pasiva, esperando. Es la misma muerte la que nos anima a movernos a vivir, como una compañera fiel que al final nos dice que se nos ha acabado el tiempo. Depende de nosotras cómo vivamos este acompañamiento, con miedo o con alegría, porque ella siempre estará allí.
    El martes hará 3 años que mi madre murió de cáncer de estómago con 67 años. Hace 15 meses que murió la suya a los 94. El momento nos llega y depende de nosotras lo que hagamos con el tiempo que tenemos.

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  2. Así es… mientras que estamos, y con la acechanza de la muerte, habrá que 'ignorarla' o no, pero no dejar que nos determine la vida que tenemos… digo yo.

    Gracias por compartirnos, Rosa.

    Un abrazo,

    s

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  3. Decir que todo pasa por algo en el mismo momento que recibes un golpe no ayuda mucho, pero sí saberlo de antemano. Las personas que sabemos que estamos aquí de paso, que esta vida no es la definitiva, es posible que lo afrontemos de otra manera. Aunque no deja de ser una prueba muy dura.
    Mi contacto con el cáncer fue a través de mi madre. Muy duro también cuando ocurre sobre alguien a quien quieres.
    Mucho ánimo.

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  4. Me gusta leer a mujeres fuertes que habéis superado el cáncer.
    Por desgracia, mi padre en octubre hará dos años que murió de un cáncer que lo fulminó en 4 meses. Lo que más me duele fue el dolor físico y el deterioro que sufrió.
    Os envío toda nuestra energía positiva.
    Besos.

    Laura

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  5. El mejor amigo de mis padres también se fue en cuatro meses, y no sólo, el hermano de su mujer también. Así que la mejor amiga de mis padres y su hermana enviudaron estas pasadas navidades. Cuando visitamos Madrid hacía un mes escaso que había fallecido.

    Hace más de dos años, la madre de mi amiga, muy joven, también. Pero por esa época no me parecía que hubiera especialmente muchos afectados de cáncer. Lo ves como en la lejanía, ¿verdad? Hoy por hoy no lo veo lejano. De algún modo, vivo con cáncer. Claro, no pretendo compararme al dolor, los síntomas, la desesperación de pasarlo uno mismo que sólo imagino, o en un familiar tan cercano como un padre, madre, hermana… pero lo que digo es que, por supuestísimo que nadie que padece cáncer está solo. Yo desde luego me siento en el grupo de los que vamos a hacer lo que sea por apoyar. Y como Marina, oramos por todos los que lo padecen y los que cuidan, y los que han perdido a personas.

    Y sí, Laura, también me gusta leer a estas mujeres tan fuertes. Me hacen creer y desear ser tan fuerte cuando la ocasión lo requiera, y me hace quererlas abrazar, llorar y reir con ellas. Sobre todo REIR.

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  6. Así es. Ayuda si te preparas. Yo quisiera que el testimonio de estas personas fuertes que nos hablan de la vida con cáncer me sirviera precisamente para esto, para que nos preparemos, sin esperar negativamente, simplemente que lo tomemos como una cotidianidad, algo que está ahí, algo que todos podemos llevar un poco. Escuchar. Animar. Alegrarnos con los momentos de conquista y celebraciones que nos comparten.

    No sé. En un momento, ayer, me dije… qué hago, cuento el último librito, el último proyecto (que también lo compartiré, sí), pero en esta semana escuché y leí tanto de personas cercanas y apreciadas y queridas sobre el cáncer que me salió así lo de escribir esto.

    Un abrazo, Maribel.

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  7. Silvia, hermana, te leí después de comer y quedé tan sobrecogida que no pude ni leer el post entero, ni decirte algo, después de mensajearme con nuestra loquiña marvan he vuelto a leerte y respiro aliviada, ains. Te siento tan cerquita Silvia, hemos conectado tan bien desde el principio… somos tan parecidas… te quiero tanto hermana… que por un momento se me tambaleó todo tras leer el primer párrafo y mira que yo no le digo a la gente que la quiero si no es realmente verdad, sólo lo digo cuando lo siento y a tí te quiero un montón Silviña. Ains qué susto tan grande y cuantas preguntas se me agolpaban de repente.

    En fin, respecto a los meses de vida, te contaré que a una amiga de mi suegra le dieron unos pocos meses de vida y vivió muchos años, se propuso no morir hasta que los hijos terminaran la carrera y murió un año después de que el último acabara.

    No sé qué decir, salvo mandarte todo mi amor para que se lo trasmitas a la persona enferma que todavía no he comprendido quien es, tengo el alma revuelta estos días y después de leerte y estar todo el día pensando y repensando en tí, todavía no se ha recompuesto.

    Un besazo muy grande muy grande bonita mía
    muuuuuuuuuuuas

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  8. Por cierto, tengo una amiga (y esto ya se lo he contado mil veces a mi vasca) que es un año mayor que nosotras y le fué diagnosticado un cancer con 18 y aquí sigue, con una fuerza y una sonrisa SIEMPRE, ella padece recaídas cada poquito tiempo, ya no sé ni cuántas veces le han operado, cuántos cachitos le han quitado ya, pero tiene tal fuerza esta mujer, y al mismo tiempo parece tan fragil,…

    En fin, que Dios aparte este cáliz o al menos que nos lo traiga dentro de muuuuuuuuuuucho.

    muuuuuuuuuuuuas

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  9. Qué mal me expreso… qué pena estoy hecha. Es que tengo al predicador de mi iglesia y un número de personas también en la congregación, a tu vasca, como la llamas, a otra amiga madre de seis niños, el mejor amigo de mis padres, Jesús, el padre de una amiga muy cercana, pero él se sobrepuso. Hace unos días una mami viene a comprar unos libritos y su marido… desde hace unos dos años o menos oigo el cáncer a todas horas, casi todos los días. Porque en parte como creo en ello, tengo que recordar el rezar, y porque quienes lo padecen, casi todos que sepa, nos piden esos rezos, ese comentario, esa mano amiga.

    Pero pido disculpas, claro, si no estás en mi cabecita y no puedes saber qué me pasa por ella al escribir, pumba, con lo sensibles que somos, te figuraste yo qué sé, chiquilla.

    Perdón otra vez por haberte creado confusión.

    Besiños.

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  10. No mi niña, si la culpa fué mía por leer sólo el primer párrafo y dejar volar el «sobrecogimiento», ains.

    Yo también creo que hay mucho cáncer, es la porquería, la mierda que nos hacen comer, bebér, respirar,… 😦

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  11. Yo también me llevé un susto al leerlo. Tengo la gran suerte de no tener a nadie cercano en la familia que lo padece y por esto la palabra me sigue asustando bastante.
    A mi me pasó un poco como a Meni, que pensé todo el rato ¿y dónde dirá el nombre, quién es, quién es, no será ella misma…..?
    Y yo justamente por esto NO pude dejar de leer.
    Al principio no sabía ni qué poner, lo reconozco. pfff, qué difícil decir algo ante algo así, soy bastante débil para estas cosas. No sé qué decir entonces.

    Es verdad que ultimamente se oye cada vez más. Entre nuestros conocidos sí que hay muchos que tienen algún familiar con cancer.

    Os deseo de verdad muchísimos ánimos!!! y me da un poco de verguenza mi situación tan privilegiada y mi torpeza por no saber decir nada decente al respecto.

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  12. Pues yo tampoco me siento autoridad en esto. Sé que decirlo y tenerlo son dos cosas diferentes. Pero he escuchado de parte de alguien que estuvo muy cerca de una madre homeschooler, que prefieren a veces torpeza a vacío.

    Cuanto más vivamos todos, aquellos con y aquellos sin en nuestras propias carnes, más lo oirás y verás, porque el cáncer es parte de la vida, amiga. Eso es lo que quise trasmitir. Además hay muchos que lo sobreviven y lo sobrellevan, y a eso me agarro yo, a que se puede, sí se puede.

    Cada vez que mi predicador nos dá una lección, cada vez que le veo de pie, aunque sin subirse al podio donde le pusieron una silla, con lo que él fue, que siempre se movía de un lado a otro de la tarima, pero ahí lo tenemos. Con su botella de agua. Imagino que, como dice Madalén, será por la sequedad de la boca. Y el buen hombre sigue diciéndonos que no ha sentido mayores efectos de la quimio… es porque, digo yo, que a veces ignorar es vivir… a mí me dijo que sí, que la comida ya no sabe igual, pero otra vez, su optimismo y fé… me sale con que tenía suerte de no haber perdido el apetito! Y te ve y te pregunta que cómo estás…

    Bueno, que lloro, eh. Pero lo que más agradezco a Mike, nuestro predicador, es el hecho de hablar del cáncer y ponernos al día de su situación como algo normal. No sé cuánto tiempo le tendremos, no sé, pero que mi vida es diferente, mejor, es una verdad como un templo. Y, curioso, le tengo que dar gracias al cáncer, por raro y torpe que suene. No lo querría en mis amigos y personas cercanas, pero eso es una utopía. Igual que otras aflicciones.

    Gracias por comentar, a tí y a Meni. Sé que os cuesta, pero a todos nos agrada escuchad vuestras palabras.

    SUERTUDAS! Ya sabes por qué lo digo, eh! Que sóis unas SUERTUDAS. Besos a todos, que ya los puedes dar en persona, eh!

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