Queridos lectores, hace poco recibí el email de un matrimonio que llevan tiempo en Perú, con el sueño de abrir una escuela y de incorporar en ella los principios de Charlotte Mason junto con la enseñanza de la Palabra.
No es sorpresa el que estén muy necesitados de recursos. Los pocos libros que tienen son insuficientes, adquirir nuevos es carísimo. Me recuerda a la época Medieval cuando una Biblia costaba el equivalente al salario anual de un trabajador. Es difícil para algunos de nosotros que vivimos en lugares privilegiados, concebir que hay partes en el mundo donde el costo de una educación decente no es fácil de cubrir.
Como le decía a esta persona, es fácil para mí idealizar el estado de carencia en que se encuentran. Considero que estamos muy mimados en los Estados Unidos. La facilidad de adquirir libros, recursos, y materiales, es muy grande, y quizá sea por lo mismo que nos perdemos en las ramas y no vemos el bosque.
La pobreza se puede entender como pobreza material, pero tiene más ángulos, también está la pobreza espiritual y la pobreza intelectual y emocional. Muchas veces todo esto viene unido, pero no siempre. Puede que este matrimonio superen la pobreza material con el entusiasmo que tienen, y su fe en que el proyecto va a ir tomando forma.
Me hicieron un par de consultas que puedo compartir pues quizá sirvan a otros de ayuda. La primera, qué material recomiendo para el estudio junto a los padres de Charlotte Mason. Primero que nada quiero celebrar y congratularles por honrar y llevar a la práctica el principio tan invaluable de educar a los educadores. Los padres son quienes tienen influencia y responsabilidad hacia sus hijos. Es mucho más difícil llegar a los niños sin cultivar y reflexionar sobre qué es aprender con los padres y la comunidad.
Charlotte Mason es un buen punto de partida, y espero que en el camino vayan encontrando cómo estos principios pueden llegar desde otras fuentes accesibles. De momento el curso de Stephanie que traduje sigue ahí. Y pronto, hacia finales del año, tendremos el volumen 6 revisado y acortado por Karen Glass a nuestra disposición. Pero si estos dos recursos no nos son posibles, quizá haya algún otro libro o artículos que uno encuentre que puedan llevar a las clases con los padres.
A la vez, me pidieron en el email que si podía recomendar los 10 libros que pensara fueran de calidad, los mejores, para niños entre 4 y 15 años.
4 y 5 años
Para esta edad no son tan necesarios los libros. Cantar canciones, contar cuentos con voces interesantes, historias familiares, recitar rimas infantiles, es algo más impactante para los niños pequeños que leer de un libro. Claro que también podemos leer algunos libros con ilustraciones y hay muchos que compiten en esta categoría.
Lo que uno encuentre alrededor, lo puede someter a la prueba de leer en voz alta, y ver si tiene ilustraciones atractivas, y una manera de narrar que aporta un bello lenguaje y mensaje al niño. Tengamos cuidado, nos dice Charlotte Mason, de los típicos libros moralizantes, que están escritos para predicar a los niños, sin respetarlos como personas.
A nosotras nos deleitaron (y aún nos encantan),
Las Fábulas de Esopo y de Samaniego son estupendas, no sólo para niños pequeños, sino hasta los 10 y 11 años, quizá más. De hecho, si los niños de 10 a 15 no las han leído, son una lectura perfecta para ellos que seguro pensarán en la moraleja más que los niños pequeños, y quienes pueden tratar de darle vueltas y re escribirla desde otro punto de vista, etc.
Con esto no quiero decir que un libro que de primeras no guste a los niños haya de abandonarse. Sólo digo que tenemos que considerar dónde se encuentran nuestros hijos o alumnos. No se puede correr sin haber caminado. Y si así lo hacemos, nuestro paso será incierto. Si durante las lecciones ya empleamos libros de una cierta dificultad, debemos recordar que en las lecturas para disfrutar que hacemos como salón de clase o como familia, debemos encontrar ese balance de un libro bueno que a la vez esté al alcance de los niños. Con esta lección aprendida, este mes comencé a leer en inglés Tom Sawyer, y no encajó bien. Yo recuerdo haberlo disfrutado mucho en español de joven, pero Mark Twain escribe el dialecto del sur, y yo no lo puedo leer holgadamente, y a las niñas y a mi marido no les terminó de encajar bien. También intenté Riffles for Wattie, porque anteriormente habíamos disfrutado mucho Johnny Tremain (Riffles for Wattie es novela ficcionada de la Guerra Civil, y Johnny Tremain de la Guerra de la Independencia), pero tampoco. Finalmente, hemos encontrado el libro perfecto, El Robinson Suizo. También, por cosas de la vida, a mi familia le encantó Robinsón Crusoe, y un librito que no está en español, Brighty of the Great Canyon.
Si sois como yo era (y algunas veces tengo que refrenar ese primer impulso), veo listas de libros y me entra un desasosiego por conseguirlos, por leerlos, porque les gusten a mis hijas. Bien al contrario, quiero con estas recomendaciones ilustrar la noción de que no hay que obsesionarse con ciertos títulos ni perder sueño por comprarlos. Mi amiga Karen Glass, que vive en Polonia por más de 20 años con su familia, me contaba cómo encontró una joya de libro sencillo y no muy largo, que en principio pensó en leerlo a su hija de 12 años en Polaco para seguir aprendiendo y leyendo en ese idioma. Resulta que fue un libro estupendo para aprender geografía. Es la historia real escrita por el autor quien recorrió toda África hace ya años, en bicicleta. Me decía que deseaba que estuviera en inglés, que todas nosotras, madres homeschoolers, lo querríamos comprar. A mí la historia me recordó que más vale libro vivo en mano, que cien volando. Por un lado, movida por la curiosidad, fantaseé por un instante en que el libro estuviera disponible en inglés, o en español, (soñar no cuesta), pero luego pensé en lo bonito que es que cada familia busque y forje su trayectoria, que cada escuela en diferentes países y regiones, encuentre sus libros y haga camino al andar, dejando su huella única, relacionándose con su pasado y dando forma a la herencia que se proyectará y será visible en el futuro.
10 y más
Pensad en todos los clásicos de los que oímos de pasada en nuestros años de escuela, o que tuvimos el honor o privilegio de leer nosotros, o que nos leyeran. Alejandro Dumas, Julio Verne, Dafoe, Rudyard Kipling, Graham (con Un viento en los sauces), Lewis Carroll, C.S. Lewis, Conan Doyle, Saint Exupery, Robert Louis Stevenson.., la lista es interminable.
Nunca sacrifiquéis vuestras convicciones ni leáis algo porque otros os digan que es de importancia. Pero al mismo tiempo, permaneced abiertos a encontrar en libros que no os parecen apropiados qué es lo que otros tanto alaban. Hay libros polémicos que es mejor que uno los abra y los lea él mismo, en vez de ir de oca en oca leyendo reseñas, críticas y alabanzas. Los libros que producen muchas distintas reacciones en el público, pueden ser señal de que contienen muchos diversos ángulos e ideas. Y recordad que si decidíis no leer tal o cual libro, o no podéis encontrarlo, el mundo no se acaba por ello. No os importe lo que el vecino de al lado piense sobre vuestras decisiones.
Y no os olvidéis de presentar a los niños con versiones buenas pero acortadas de nuestros clásicos. Como española (sin aires de superioridad, con el corazón en la mano), considero que nuestra herencia es comparable a la mejor literatura anglosajona que leemos en traducción. Creo importante que los niños conozcan algunas de estas obras, si bien en versiones adaptadas: Don Quijote, La celestina, El lazarillo de Tormes, Las novelas ejemplares, Leyendas de Bécquer. Y por supuesto, versiones adaptadas de Homero, Virgilio, y Shakespeare entre otros.
Por último, desde pequeños con las rimas y canciones tradicionales, seguid hacia la poesía, y no dejéis de leer primero antologías o autores que tienen recopilaciones para niños, y después los mismos autores con un poco de criterio a la hora de seleccionar los poemas teniendo en cuenta la edad de los niños. Por regla general, cuanto más se acerque en el tiempo el poeta o autor, más explícito será el lenguaje, pero no digo ni muchísimo menos que no se lea nada contemporáneo, sino que comencemos con pasar las riquezas de lo que ha perdurado al pasar del tiempo y se ha valorado por cada nueva época, y que estemos alerta de aquello en nuestro momento o reciente que también parece estar captando la atención de los lectores con buen tino.
A DISFRUTAR DE LA LECTURA
Gracias por este post.Me emocionó encontrar un libro que de muy pequeña solia hojear en casa de mi abuela. El «libro del conejito» de Beatrix Potter. Que de recuerdos!!!
Otro libro que a mi me parece una maravilla para leer con los niños son los Cuentos de la selva de Horacio Quiroga. Libros que se pueden leer y releer a cualquier edad y que ademas nos aportan mucho acerca de la vida en el monte, en la selva de Misiones .
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Qué bello cuento, ¿verdad?, el del conejito Pedro.
Mira, aquí están esos cuentos de Quiroga,
http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/quiroga/cuentos_de_la_selva/
Voy a leerlos con mis hijas.
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Silvia, comentaste que una pareja que vive en Peru estaba interesada en abrir un colegio utilizando la filosofía de Charlotte Mason. Yo también soy peruana y con ese mismo interés. Me pregunto si aún tienes los datos de esa pareja? Derepente podría contactarme con ellos y unirnos para hacer de ese sueño una realidad? Gracias, Rocio
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La verdad que no tengo esos datos. Muchisima suerte en tu emprendimiento y busqueda. Un abrazo.
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Hola Silvia! Estoy leyendo el libro que traduciste, y sin saber que entraba a tu blog, busque «Libros vivos de Charlotte»
Después de leer toda tu sugerencia y consejos, me doy cuenta que sos la misma persona!
Gracias por compartir esa info. Ayuda demasiado!!
Recién empezando en este mundo nuevo de hacer «escuela en casa».
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Qué linda, Gisel. Enhorabuena, es bello el homeschooling. Qué bueno oír que mi trabajo te ayuda.
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